El día de hoy en un rato de ocio, me puse a jugar con hojas de papel, probando una app de origami recién descargada, buscando armar complejas figuras, he de decir que ese tipo de actividades no son mi fuerte, pero pase un buen rato divirtiéndome con ello; mas sin embargo, lo mejor llegó cuando deje de lado el celular y me puse a elaborar los tradicionales barquitos y avioncitos... SÍ... esos barquitos que en las tardes de lluvia de mi infancia, pedía a mis padres que me hicieran, para poder salir a la calle y echarlos en la corriente de agua y divertirme viendo como iban surcando obstáculos hasta que ya no los alcanzaba a ver a lo lejos o sucumbían a la fuerza del agua.
Y que decir de aquellos avioncitos, con los que competía con los primos y amigos para ver quien hacía el mejor, el más grande o el que planeara más; y que muchas veces me metieron en problemas por dejar los cuadernos pobres de hojas.
Así es, hoy por unos instantes regrese en el tiempo; cuanto no diéramos muchos de nosotros por volver a esa etapa donde la vida era mucho mas fácil y tranquila, donde lo que mas nos preocupaba era no perdernos nuestra caricatura favorita; nuestras responsabilidades fuera de las escolares no pasaban de no dejar regados los juguetes por toda la casa y el dinero no era mas que el acceso a nuestra golosina preferida.
Cuanto tiempo sin escribir aquí, hoy que esos pequeños detalles me hicieron olvidar la situación actual y me dieron momentos de tranquilidad, no quise dejarlos en el limbo y plasmarlos en algún lugar, espero poder retomar este espacio y nutrirlo con mis vivencias.
Un saludo a quien se tropiece con estas líneas...
